Ayer, la Santísima Virgen de Gracia fue ataviada para celebrar la próxima Cuaresma, según los cánones asociados a este tiempo litúrgico.
Nuestra Señora lleva saya de brocado, proveniente de una antigua casulla del s. XIX, adornada con lazos y corazones de plata; manto liso de raso morado a los hombros; mantilla de pico; y la corona de plata. Estrena para la ocasión, además, un rostrillo de plata que la embellece sobremanera y le devuelve un aspecto muy propio del s. XVIII.
El Divino Infante lleva una tunica de brocado blanca y dorado, así como las potencias de plata.
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