El pasado Domingo de Resurrección amanecía Nuestra Señora vestida para celebrar el tiempo pascual. Luce saya de brocados valencianos, blanca con grandes flores de tonalidades rojas, rosas y verdes; manto de tisú dorado cruzado graciosamente el pico derecho sobre Su vientre (símbolo de la maternidad virginal); pecherín de encaje de concha de oro adornado con joyas; toca de bolillos de oro; y la corona de plata antigua.
El Divino Infante estrena para la ocasión una túnica de brocados en plata, confenccionada y donada por N.H. Dña. Cristina Vázquez Girarberte, camarera de nuestra Amantísima Titular; cíngulo de cordoncillo de plata; y el juego de potencias de plata.
Agradecemos desde estas líneas la encomiable labor de su vestidor y el grupo de camareras, que con tanto mimo y esplendor nos presentan a la Santísima Virgen, siempre Llena de Gracia.
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