La Santísima Virgen de Gracia se presenta vestida para el tiempo estival con un conjunto de manto y saya de brocados en tonos rosa claro, pecherín de encaje adornado con joyas, toca de bolillos de oro y la corona de plata antigua. El manto se cruza graciosamente sobre Su vientre, simbolizando la maternidad virginal de María.
El Divino Infante lleva una túnica de encajes dorados, cíngulo de cordoncillo de oro y el juego de potencias de plata.
Agradecemos desde estas líneas la encomiable labor de su vestidor y el grupo de camareras, que con tanto mimo y esplendor nos presentan a la Santísima Virgen, siempre Llena de Gracia.
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