Nuestra Señora de Gracia amanece vestida para la conmemoración del mes de los fieles difuntos con un conjunto de tisú dorado bordado en oro, procedente de una antigua capa pluvial del s. XIX; toca de sobremanto de tul egipcio bordado con hojilla y encaje de concha de oro; la corona de plata más antigua de las que posee; y pecherín enjoyado.
El Divino Infante, por su parte, lleva túnica de tisú de oro con galones enriquecida con un encaje de concha de oro; broche de palta dorada en la cintura; sandalias y diadema de plata.
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